Perpleja, asombrada y por supuesto una más.
Estoy sentada viendo la calle y lo que veo no me gusta nada.
Como si lo hubiéramos hecho toda la vida.
Una cosa natural, un gesto habitual, sin opciones.
Si o si.
Luego dirán que somos rebeldes y que no acatamos.
Somos los niños buenos del cole.
Por eso digo que no me gusta lo que veo.
No por la falta de respeto y responsabilidad, sino por la rapidez de aceptación que tiene el ser humano.
Es bueno y malo.
Al menos a mis ojos.
Bueno, porque seguimos a pesar de los cambios de estructura, malo, porque no somos más que unos mandados en manos de alguien o de algo que dicta las normas y modos de comportamiento.
Será la manera más acertada de hacer sin decir, no lo discuto, ni mucho menos lo pongo en duda. Aunque me pregunto si todavía hay un tiempo para ir en contra de algo o de alguien?
En mi argot más familiar, sería el equivalente a ...
<< Donde manda el burro, manda el amo >>
Arrivederci !!!
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