Odio las corbatas aburridas y serias.
Siempre pienso que el señor que las lleva es igual.
Creo que me pueden dar una pista de como es, como se toma la vida, cual es su estado anímico o su carácter. Quizás sea una paranoia mía.
Es el complemento masculino perfecto y que no debería faltar en ningún ropero. Bien sea por cuestiones de trabajo, vida social o simplemente por una cuestión de estética personal.
El nudo " Windsor " es mi preferido y me gusta que la corbata sea de seda natural, eso resaltará el brillo y la luz de los colores.
Lo que primero fue una copia, luego se convirtió en un rasgo personal, siendo signo distintivo de las clases acomodadas. Mas tarde le llego el momento elegante y después el punto extravagante y desenfadado.
Toda una lección de estilo que hay que saber aprovechar.
Aunque tengo que decir que la corbata, anudada al cuello de ese caballero, que seguro todas tenemos, para lo que mas me gusta, es para estirar de ella y comérmelo a besos...
¿ Non si passa ti piace ?
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