Como me gusta este tiempo, tiempo de bosque, tiempo de monte, de colores dorados y marrones.
Tiempo de fines de semana recogiendo aquello que la naturaleza nos regala y que me trae recuerdos de mi niñez, cuando salíamos a buscar castañas con mi padre.
Era genial, todo un despliegue. Las botas, la bufanda, una buena chaqueta de abrigo y sobre todo el cesto donde recogerlas. Era la tarde perfecta.
Luego volvíamos a casa con las caritas rojas por el frio y quedaba lo mejor una merienda con chocolate caliente y esas mismas castañas asadas que olían de maravilla.
Una infancia llena de recuerdos y aromas que me acompañarán siempre.
Han pasado los años y esos recuerdos hacen que me incline por esos colores sin poder evitarlo.
Sin duda los tonos marrones en toda su gama, dorados y ocres son mis preferidos. Fáciles de combinar con tonos fríos sin cometer errores.
Un bolso acharolado y un foulard de seda al tono es mi propuesta, aportando luz, calor y gracia a ese vestido liso y serio que puedas tener.
Pruébalo todo, la salida al monte, las castañas asadas, los colores ocres ...
E tu mi dirai.
No hay comentarios:
Publicar un comentario