Un día detrás de otro y esto va volando.
Es una dicotomía.
Que hacer, salir, no salir. Ver a tus amigos, ver a tu familia, ir a trabajar, a la escuela, a misa o al bar.
Si me dejo llevar puede ser de frenopático.
Para una mente inquieta como la mía, es una camisa demasiado ajustada.
Tallarines con pato, arroz y piña.
Una cazadora de motero con mucho estilo está sentada frente a mí. La sucesora de Fran Kappa, también se encuentra, sin moñestes y sin botas, pero destilando cordura y sensatez, más que muchos cuerdos y sensatos.
Y puesto que no somos Melitas ninguna de las dos, la velada es de todo menos vacía y sosa.
La sorna en persona también ocupa su sitio, como no podía ser de otra manera.
Los verdejos y las Turias se acumulan, junto con los tickets, tarjetas, pagos, aplicaciones y las risas, muchas risas.
Es ir en contra de la ley ?
Quizás sí.
Pero que ley, la mía, la de los otros ? ...
Siempre me queda una farola a quién contarle mis cuitas.
Quizás no sea la mejor opción de vida, pero quizás si la más necesaria, por salud mental, por economía, por razones que no se comprenden en la tierra, pero seguro que sí en la luna.
A lo peor es la última vez que se repite, o quién sabe si habrá posibilidad de catar un buen queso de Tresviso, a un mes vista.
Soñar es sano.
Paso a paso, huella a huella, igual algún día podamos todos ser tripulantes del Apolo XI.
Arrivederci !!!
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